¡Atención!—les advirtió Jesús—. Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de los saduceos. Al oír esto, comenzaron a discutir entre sí pues no habían traído nada de pan. Jesús supo lo que hablaban, así que les dijo: ¡Tienen tan poca fe! ¿Por qué discuten los unos con los otros por no tener pan? ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco mil que alimenté con cinco panes y las canastas con sobras que recogieron? ¿Ni los cuatro mil que alimenté con siete panes ni las grandes canastas con sobras que recogieron? ¿Por qué no pueden entender que no hablo de pan? Una vez más les digo: “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos”. Entonces, al fin, comprendieron que no les hablaba de la levadura del pan, sino de las enseñanzas engañosas de los fariseos y de los saduceos. Mateo 16: 6-12
Podemos asistirte - ContactoLas creencias religiosas que cualquiera tenga deben ser considerados de su ámbito muy personal. Ese respeto genuino se demuestra evitando arduos intercambios y también evitando insistir en persuadir a otros, cuando es claro el deseo de no escuchar lo que no les interesa. La negativa tampoco es una prueba de que esas personas, aun si rechazaren hasta una excelente enseñanza, la que procede de La Palabra de Dios, ya merezcan la desaprobación divina y estén sentenciadas a recibir Su Juicio adverso inmediato.
Para cristianos desencantados - Web RecomendadaEsta afirmación puede parecer extraña, especialmente a ciertas personas pertenecientes a cultos o religiones que entienden que son el único canal de comunicación entre Dios y la Humanidad. Y aunque algunas de éstas, de boca para afuera, parezcan ser muy abiertas y favorezcan cierta hermandad generalizada, cuando se rastrean sus antecedentes y catecismos oficiales, se ve exactamente lo que piensan y enseñan. De hecho sus adoctrinados líderes, pastores, sacerdotes y a veces sus feligreses repiten dogmas muy severos que se deben respetar a ultranza, caso contrario la condena de Dios es segura. Este es un problema especialmente para quienes se toman muy en serio el culto que han elegido, o en los que se encuentran afiliados desde sus nacimientos, por sus lazos familiares. Pensar que se encuentran en una religión que contradice a su Señor y Maestro, les puede parecer inconcebible, pues la tradición les ha cancelado su capacidad crítica. Pero los cristianos o cristianas de corazón puro saben aguantar los desafíos de este tipo.
Los judíos del Siglo Iº, que escucharon a Jesús, estaban rodeados de líderes religiosos que se pavoneaban de su prestigio. En esa ocasión, quien dijo ser el Hijo de Dios, Jesús, enviado por su Padre a un pueblo que esperaba al Mesías (palabra hebrea que significa Ungido y que en griego se traduce: Cristo), vivió como judío, pero recomendó, "cuidarse de la levadura", un símbolo bíblico de corrupción. Les quería decir que se protegieran de los engaños que durante siglos habían inventado muchos falsos maestros.
Eran quienes llevaban la delantera en el terreno religioso, separados en diferentes escuelas, aunque todos eran genealógicamente del pueblo escogido de Dios, situación que Jesús jamás les negó. Aún así, Jesús decía tener una autoridad superior y, a su debido tiempo, heredaría otra de mayor jerarquía mundial, por lo que fue coherente consigo mismo al advertir a las gentes de su pueblo, que estos influyentes líderes los estaban estafando con sus enseñanzas. Habían contaminado las ideas y mandatos de Su Padre. Y si deseaban el buen camino debían escucharlo a él y cambiar totalmente su derrotero de vida. Les convenía poner a prueba las viejas enseñanzas de estos maestros y ahora desechar lo malo por lo eterno.
Si eres ateo o indiferente a asuntos de este tipo, entiendo que puedas poner en duda que Jesús tuviera algo mejor que ofrecer. Otros le creen, pero no son devotos sino que tan solo respetan su tradición. Además, ciertas estadísticas demuestran que miles de personas al año dejan desencantadas las religiones (o agrupaciones) que en otros tiempos supieron apoyar con fervor. Quizás el esfuerzo y celo que mantuvieron por décadas les genere, al tiempo de retirarse, un vacío muy difícil de sobrellevar. Sentimientos de culpa, amigos y familiares que se alejan, ataques de los que antes fueron sus compañeros en forma de juicios adversos y crueles. Y esta es la carga que deberán sufrir, a veces, por muchos años o hasta el fin de sus vidas.
Esto no es solo un problema para quienes son EX de alguna religión. Lo es también para otros EX que dejan de asociarse con colectivos relacionados a ideologías pseudocientíficas, políticas, místicas y de otras índoles. Internet está repleto de videos con testimonios personales de individuos que cuentan estas experiencias de ostracismo. Algunos de ellos tienen tanta justa indignación que se vuelven firmes activistas en la misión de "rescatar" a quienes continúan fieles en los grupos que ellos abandonaron. El control sistemático de las mentes de otros, por intereses egoístas y de explotación, a través de diversos engaños astutos, sumamente perfeccionados, existe por doquier. Por ello quien esté muy convencido de estar "liberado" de esas patrañas, podría llevarse una gran sorpresa si analiza con seriedad donde está cifrando su confianza.
A esto se agrega otro problema. Cuando personas que caminaron con cierta seriedad la senda cristiana deciden retirarse del grupo donde estaban, puede que los de afuera piensen, en esta época muy secularizada, que su forma extraña de vivir pasada al fin les está pasando factura. En definitiva, se quedan sin amigos, familiares y a cierta edad no les es sencillo hacer nuevos amigos.
Esta forma de crítica proviene en su mayoría de personas que no tienen fe en asuntos espirituales. Esta carencia es reconocida en las Escrituras por el Apóstol Pablo, al decir que: "la fe no es posesión de todos" (2 Tes 3:2). Quien esto escribe, no supone que esa falta de fe, hoy, deba recibir acusaciones contundentes, suponiendo que al "infiel" le llegará un castigo y juicio inminente (o al momento de su muerte), por parte de un Dios cruento que le hará pagar todos sus pecados. Esta forma de ver las cosas, a mi juicio, tiene su raíz en una falta total de interés en otros y una ignorancia enorme de las felices promesas del Dios de la Biblia. Aunque a la larga, tarde o temprano, Las Escrituras notifican: "Tan cierto como que yo vivo --dice el Señor--, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios." Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios. Rom 14:11, 12
Hasta la falta de fe podría ser, hoy, un problema de cierta incapacidad natural (y no moral) o de limitada inteligencia "emocional", según los hallazgos de Howard Gardner, en el 1983, sobre Inteligencias Múltiples. Este investigador corroboró la existencia de diferentes capacidades cognitivas, no solamente las que siempre fueron destacadas, como las inteligencias o habilidades de pensar lógicamente, hacer deducciones o la capacidad lingüística. Amplió ese repertorio a otras más, y entre varias encontró evidencias de Inteligencia intrapersonal, la interpersonal, etc... (Bajar documento sobre Inteligencias Múltiples)
En pocas palabras, ciertas habilidades (o inteligencias) facilitan a algunos a ejercer ciertas actividades manuales, del pensamiento o a manifestar emociones, como se suele decir, por haber nacido con ese don o dones naturales. Por ejemplo, algunos sobresalen en poseer Inteligencia musical-auditiva, y por ello fácilmente y desde pequeños demuestran que, con poco esfuerzo, manejan bien instrumentos o cantan maravillosamente. Pero quienes no la tienen, se les hace casi imposible entonar afinadamente una simple canción. Igualmente, por dicha carencia a nadie se le ocurriría juzgarlos negativamente. Y menos si nació en una sociedad que valora en poco o no es propensa a cultivar, aun entre seres dotados, prácticas musicales. Diferente es el caso de los que no hallan fáciles las actividades matemáticas o de asociación deductiva. A estos se les suele juzgar injustamente como poco inteligentes, que no tienen muchas luces. ¿Y por qué deberían tenerla si esa capacidad no ha nacido con ellos? Concluyendo, ¿por qué no pensar que la falta de fe en lo espiritual pudiera ser debido a alguna falta de estas inteligencias?
Además, en virtud de que la sociedad actual se ha vuelto muy secular, ¿no se requiere una imaginación sumamente extraordinaria para concebir como real lo inaccesible a los sentidos, como mucho de lo relacionado a una fe religiosa? Esto es una opinión. Reconozco que es mi conjetura, pero no es descabellada, ni es mi deseo avalar conductas blasfemas o viles. En definitiva, lo dicho más arriba sobre que habrá un tiempo para rendir cuentas al Creador es lo cierto, lo que creo y es una responsabilidad a la que deberemos afrontar. Podrá hoy haber atenuantes, pero hoy también hay una puerta abierta para elegir el camino para reconciliarse con Nuestro Padre, a través de Su Hijo.
Si antes de eso ha dejado Dios que la humanidad alcance un grado espectacular de error y maldad; si prometió absolver de los errores pasados (muchas veces incluso pecados graves) a miles de millones de personas, a través de la muerte y resurrección de su Hijo Jesucristo, y así proveer una renovación total de la Vida y una nueva Paz en el planeta, ¿quién es alguien para juzgar de indigno de recibir esa promesa a cualquiera, por juzgar que no está a las alturas de una perfección o calidad moral, cuando Dios previó los asuntos de forma piadosa para demostrar Amor -y también juicio- a todo el Mundo, a su debido momento?
Aunque las Escrituras dan un claro testimonio de que hombres y mujeres de fe en el pasado, han recibido un claro testimonio del cariño que Dios y su Hijo han depositado en ellos, y animan a tener fe, y se recomienda esforzarse por esa senda, eso no significa que Dios pida imposibles. Además tener fe no es garantía de virtud. Hubo personas que aunque creyeron en Dios, no desearon imitar sus cualidades. Aunque habían sido creados a su imagen y semejanza para imitarlo, no les interesó hacerlo. En circunstancias diferentes, ante evidencias inconmovibles que vengan directamente de Dios, puede que muchas personas que hoy hasta consideran poco recomendable acercarse a religiones o cultos, pues relacionan fe con fanatismo y corrupción, seguramente podrán acercarse a los ámbitos espirituales con un ímpetu que hoy jamás imaginarían. Por lo tanto quienes tengamos fe, no nos vanagloriemos de nada y esperemos la hora cuando la familia universal sea alcanzada por las promesas que Dios hizo para favorecer a toda la humanidad.
Estas cosas son las que no se suelen destacar lo suficiente, entre cristianos: el propósito divino, en manos de Cristo, que fuera ya prometido a un adorador de Dios hace más de tres mil años, un hombre de fe: Abraham. A él se le dio una promesa excelente de una restauración mundial en favor de todas las familias que hayan pisado este planeta. Hablamos, al día de hoy seguramente, de decenas de miles de millones de seres humanos que regresarán a la vida a través de una resurrección, para volver a ver a sus seres queridos donde disfrutarán muchos de vida eterna. Imaginamos allí un gran festejo universal que nuestra mente y corazón no pueden casi concebir. Toda esta fiesta la disfrutarán quienes respeten a quien hace ya dos mil años ha resucitado en favor de todos nosotros.
¿Que todo esto es difícil de creer? Lo acepto. Solo, al menos, solicito que te informes de estas promesas que se han dado a nuestros antepasados y que se han continuado proclamando, de una forma u otra, hasta el día de hoy. Quienes hemos nacido en Occidente, en muchos casos, conocimos de cerca esta enseñanza, o alguna semejante, por haber ido a colegios religiosos o tener familiares, amigos o vecinos que concurren a alguna Iglesia y nos han llevado a ella.
Por otra parte, lo dicho y destacado no ha inhabilitado a Dios para no despertar en el corazón de muchos, quienes son sensibles a Él, una oportunidad de conocerlo y voluntariamente servirlo, con gran apego a sus propósitos y enseñanzas. Mientras la mayoría de las personas hoy solo están enfrascadas en sus asuntos materiales, algunos hay que se han interesado en el Creador, mientras se enfrentan a los graves problemas que la vida nos enfrenta. Se puede comparar a estas personas a María, hermana de Marta y de Lázaro, amigos de Jesús. Ellos lo habían invitado a cenar, y Marta se quejó porque María se había quedado sentada escuchando las enseñanzas de Jesús, y no la ayudaba a preparar la cena. Jesús le contestó:
—Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará. (Lucas 10: 41, 42 NTV)
Y así es: quienes están atentos a las enseñanzas de Jesús eligen lo único que realmente vale la pena hoy. Es una forma de vida mejor y prepara el espírtu para lo que vendrá. A ellos nadie les quitará cierta felicidad mayor, actual y futura, que la Biblia da a conocer también.
Puede que algunos empiecen a creer rápidamente en las Escrituras lo dicho por Dios a Abraham, a saber: "...mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas..." (Génesis 22:18), este excelente porvenir, que predice beneficiar a muchas personas, podría despertar tu interés a una investigación mayor que puede que nunca hayas realizado.
Y si consideras que estás muy empapado en el camino cristiano, ¿Crees que tu Dios amoroso cumplirá esta promesa? ¿O crees en cambio que a las personas sin fe y que no sean llamadas durante su vida por el Señor, les espera un lago de fuego que los atormentará para siempre? ¿O escuchas eso de tus pastores o ancianos y en el fondo de tu corazón apenas si les prestas atención? ¿O dedicas horas y horas de tu vida, quizás muchos años, hasta tu vida entera, a predicar que es inminente el Día donde tu Dios amoroso, destruirá con fuego para siempre, a miles de millones de personas que hoy viven, solo, porque no forman parte de tu religión la cual apenas tuvieron oportunidad de conocer? ¿Crees que es inminente ese día de salvaje destrucción y que Nuestro Padre y Su Hijo piensan aniquilar a casi toda la humanidad, dentro de pocos años, mientras solo tú y otros poquitos, que tanto se han equivocado, serán salvados? Por favor, ¡DESPIERTA!
Porque los que esas cosas piensan y dicen, expresan y predican que Dios miente. ¿Destruirá ya para siempre Él a personas pecadoras (injustas) y no cumplirá con lo que prometió: que las resucitará? (Hechos 24:15) ¿No enseña la Biblia que viene una nueva vida, a través de la resurrección, que ya está asegurada por el rescate del sacrificio de Jesús en la cruz? (1 Juan 2:2) ¿Además no han nacido todos los injustos o pecadores en circunstancias muy desfavorables, en donde la enorme mayoría no recibieron las enseñanzas puras provenientes del Creador? ¿Resucitarán aquellos hombres y mujeres injustos de Sodoma, o los de Nínive o los incrédulos contemporáneos de Jesús, como dijo, según se lee en Mateo 10:15, y al mismo tiempo profetizas que tu Dios va a destruir a una cantidad enormes de otras personas pecadoras, mientras a ti se te eleva a los cielos o se te deja en la tierra? ¿Habría para Cristo pecadores VIPs? Podrías preguntarte, ¡¿es todo esto bíblico y un coherente y sabio destino de Dios para hombres y mujeres?! ¿Cómo pudo pasar que la sencilla y clara promesa a Abraham, ya citada, haya quedado oculta y tergiversada a tal punto?
Para quienes tienen alguna fe o para quienes no la tienen, igualmente el presente ya es maravilloso en el sentido de que Dios ha prometido una restauración universal. ¿Pero no sería bueno ahora evaluar estas cosas con mayor profundidad? Si fuere así, estarías cumpliendo con el título de este sitio que es una recomendación del Dios de la Biblia, si eres cristiano, tu Dios, y si no eres religioso un mensaje prudente en todo momento. "Pongan a prueba todo lo que se dice. Retengan lo que es bueno." 2 Tesalonicenses 5:21 (NTV)
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